La popularización de los drones, independientemente de la revolución tecnológica que ha supuesto, ha venido a multiplicar en los últimos años los niveles de ocupación del tráfico en el espacio aéreo lo que ha conllevado a su vez, en distintos puntos de la geografía española, situaciones de posible riesgo en zonas reservadas para el tráfico aeronáutico y aeroportuario. Unas situaciones, que dieron lugar a la adopción por parte de las administraciones públicas de medidas reguladoras y limitativas de uso y características técnicas de los drones así como a la creación en 2016, en el seno de la Guardia Civil de la llamada Unidad PEGASO, acrónimo de Policía Especialista en Gestión Aeronáutica y de Seguridad Operacional, teniendo entre sus cometidos, el control de la aviación ligera, globos, campos de aeromodelismo, escuelas de vuelo, drones y seguridad operacional.

Todos estos cometidos y sus respectivos procedimientos de control funcional y seguimiento administrativo, han conformado el contenido de la actividad formativa impartida por miembros del Equipo Pegaso de la Guardia Civil de Cantabria a efectivos de la Policía Local de nuestro municipio avalada por el área de Seguridad Ciudadana que preside el concejal Juan José Revuelta atendiendo una iniciativa propuesta por el propio cuerpo policial del Ayuntamiento de Laredo que igualmente ha contado con la colaboración de la empresa local Drones Cantabria.

Los componentes del equipo, formado por tres agentes adscritos a la Jefatura de Fiscal y Fronteras de la Comandancia de Cantabria, impartieron en su condición de “policía del aire” a los agentes locales, formación específica sobre servidumbres aeronáuticas y actividades vinculadas al igual que, contenido de la regulación multidisciplinar específica que afecta a este tipo de elementos de navegación aérea así como, las características y usos más comunes de aquellos con especial incidencia en la relacionada con los ámbitos de la seguridad y protección ciudadana.

Los agentes policiales fueron igualmente conocedores de las obligaciones que los titulares de estos aparatos asumen una vez que formalizan su adquisición y entre estas figuran el disponer de seguro, conocimiento de la normativa española y europea relacionada con el sector y, de una habilitación especial de uso, en el supuesto que la aeronave pese más de 250 gramos. En función del peso y del método de grabación o cámara que pudiera portar el dron, el aparato debe darse de alta y, para quienes quieran hacer un uso profesional del mismo, es obligatorio comunicar a las autoridades que se va a realizar un vuelo. En esos casos, el silencio es positivo y que se autorice o no dependerá del nivel de riesgo, derivado del lugar donde se efectúa el vuelo y de las características de la aeronave y, si implica ocupación de la vía pública, debe gestionarse una autorización ante el ayuntamiento en el que se vaya a operar.

La normativa reguladora, según especificaron los ponentes del equipo Pegaso y de Drones Cantabria, es compleja y conviven normas europeas y españolas si bien se cuenta con un recurso fundamental en Internet al que todos los usuarios pueden acceder, Drones.enaire.es a través del cual, el usuario podrá situarse en la zona del mapa en la que quiere volar y conocer las restricciones que tiene y ante qué organismo autonómico o estatal debe gestionar los permisos de vuelo. Ahí sabrá si se encuentra en zonas de exclusión de un aeropuerto o helipuerto, si la zona está afectada por una protección especifica por Red Natura o si es un área en la que está prohibido volar por afectar a limitaciones del Ejército o de las Fuerzas de Seguridad.