La Iglesia de Sta. María de la Asunción (Laredo)

Situada en lo Alto de la Puebla Vieja, es Monumento Nacional desde 1931. Constituye el edificio religioso medieval más relevante de la Villa, enmarcada en el protogótico que sigue el estilo de las abadías cistercienses de la Borgoña francesa. Se trata de una de las más importantes construcciones góticas de España, especialmente singular en su estructura interior.

Su origen data de los inicios del siglo XIII, época de la que han sobrevivido cuatro naves; su antigüedad se presume debido a la concesión del Fuero y a la repoblación del clérigo Pelegrín en la villa de Laredo, por orden del Rey Alfonso VIII de Castilla.

Su construcción comienza hacía el año 1200, presumiblemente sobre una iglesia anterior que estaría dedicada la Virgen de Belén, de ahí su primera advocación.

A mediados del siglo XIII, después de la Reconquista de Sevilla, donde marineros laredanos tuvieron destacada participación, sufrió una modificación pasando el edificio de tres a cuatro naves y cambiando la denominación original de Ntra. Sra. De Belén, por la de Sta. María de la Asunción, capricho y orden del rey Fernando III “el Santo” que corrió con los gastos de aplicación. En el siglo XVI, es nuevamente ampliada: se añade un pórtico central y numerosas capillas renacentistas, como la de San José, la de la familia Revellón o la de los Escalante, que contiene en su interior un importante tríptico de la “Virgen de los Desconsolados” y retratos de don Bernardino (singular personaje que llegase a ser consejero personal de Felipe II) y su sobrino, García de Escalante.

En el siglo XVI-XVII se construyó la torre y en el XVIII se adosó a los ábsides de las naves mayores la monumental Sacristía; a su vez se realizaron, también, en la cara sur, los laterales del Pórtico, de corte neoclásico. Actualmente, se encuentra en estudio destinar la Sacristía a Museo, que albergaría piezas de talla y orfebrería junto a ropas litúrgicas.

En el interior de la Iglesia, se conserva una pareja de ambones de bronce, con forma de águila que, según cuenta la tradición, fueron regalados por Carlos V a su paso por Laredo y que se encuentran situados en el Altar Mayor; el barco y la cadena que cuelgan de una de las bóvedas traseras de la nave de Belén, recuerdan la hazaña de los marineros laredanos que rompieron las cadenas del Puente de Triana, acelerando la conquista de Sevilla para el rey.


El Retablo de Belén

La gran joya de la iglesia es el Retablo de ‘La Virgen de Belén’, la más bella obra de arte flamenco que hay en España, de mitad del siglo XV, e inspirado en las obras del pintor de la Corte de Bruselas (1435) Roger Van der Weyden. En origen se trataría, nada más, que de un tríptico o políptico (hornacinas con figuras) que, posteriormente, en época barroca, sería reconvertido en un retablo al uso.

Está formado por tres calles con escenas de la Anunciación, la Virgen amamantando a su Hijo (Virgen de Belén) y un extraordinario Calvario. Las esculturas de este último, todas, han sido expuestas (entre Del 24 de marzo al 28 de junio) en el Museo del Prado acompañando la exposición monográfica sobre la vida y obra de Roger Van der Weyden (Van der Weyden y los Reinos Peninsulares); en el Ático, la Coronación o Bendición de la Virgen por Jesús.